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El LX Aniversario


La creación de las Fuerzas Paracaidistas del Ejército de Tierra español se remonta al 17 de octubre de 1953, siendo Ministro de la Guerra el general D. Agustín Muñoz Grandes.

Se le encomienda la misión al comandante don Tomás Pallás Sierra, que junto a 8 oficiales, 12 suboficiales y 149 de tropa formarían el primer curso de paracaidista.
Nace la I Bandera Paracaidista y recibe el nombre de ” Roger de Flor “, en memoria del famoso caudillo almogávar al servicio de la Corona de Aragón durante el siglo XV.

Después de varias semanas de entrenamiento, el 23 de febrero de 1954 se realiza el primer salto en paracaídas del Ejército de Tierra, desde aviones Junker y Savoia y se utilizan paracaídas modelo T-6.

El día 16 de marzo finaliza el curso y el 18 se reciben los preciados “roquisquis ” en un acto presidido por capitán general de la III Región Militar.

En el mes de enero de 1956 se crea la Agrupación de Banderas Paracaidistas, siendo designado como jefe de la misma el teniente coronel de infantería don Ignacio Crespo del Castillo y se inicia la organización de la II Bandera, que toma el nombre de ” Roger de Lauria “.

El 3 de Julio se desarrollan acontecimientos que condicionarán la actuación de estas fuerzas. El Ejército de Liberación marroquí que había participado en la independencia contra los franceses, se integra en el Ejército Real, a excepción de los grupos más extremistas que se negaron, y decidió el entonces el Gobierno de Rabat enviarlos al sur para potenciar las reivindicaciones territoriales de Mohamed V.


La agresión de que fueron objeto las provincias africanas en el año 1957 permite contrastar la valía real de las nuevas Unidades. El "bautismo de fuego" se produce el 16 de agosto de aquel mismo año en TIGUISIT IGURRAMEN, donde resulta herido el CLP Vicente Vila Pla, primer herido paracaidista en acción de guerra, aunque a estas escaramuzas de forma oficial aún no se le puede llamar guerra.

La guerra se inicia realmente al amanecer del día 23 de noviembre de 1957 y comienzan a desarrollarse sucesivamente las operaciones, Palmera, Pañuelo, Netol, Gento, Diana, Siroco y Pegaso. En esta operación dió lugar al segundo y último salto de guerra sobre la cábila de Erkúnt.

Por fin llega la paz y el día 21 de abril de 1958 se dio por finalizado el periodo de operaciones de guerra. El gobernador general del África Occidental Española envía la siguiente carta al teniente coronel Crespo del Castillo:

“Nunca una nueva Unidad ha abierto tan brillantemente su historial de guerra como esa, hasta hace poco bisoña Agrupación de Paracaidistas, y si hacemos honor al espíritu combativo, a la magnífica preparación física puesta de manifiesto siempre que hubo que hacer un supremo esfuerzo, y el valor ya reconocido y altamente acreditado en todas las operaciones en que ha tomado parte la Agrupación, bien podemos decir que el espíritu heroico de la gloriosa Legión y el arrojo y coraje de nuestros infantes ha reencarnado brillantemente en esos nuevos y heroicos legionarios paracaidistas”

Pero el precio pagado fue muy alto.
En esas tierras africanas perdieron la vida: el CLP Torres Martínez; el cabo 1º Civera; el CLP de 1ª Aguirre Ejidua; el CLP Rodríguez Matamoros; el Tte. Ortiz de Zárate; el CLP Vila Pla; el CLP Ramos Rodríguez; el Tte. Polanco Mejorada; el Cabo Mena Rodríguez; el CLP Valera Penides; el CLP Rovira Serrano; el CLP Arjona Hidalgo; el Cabo Jardín Martín; el CLP Manuel Albacete Mate (alumno del colegio San Ildefonso de Madrid y condiscípulo mío); el CLP Cutrona Sardinero; el CLP Montánchez García; el CLP Rodríguez Amado; el CLP Zambrano Zambrano; el CLP Vilariño García; el CLP Urbano Aragu; el CLP Clemente Gallego:el CLP Jiménez Morales; el CLP Miranda Vuduarias; el CLP Rius Alava; el Tte. Carrasco Lanzós; el CLP Fontán Mateo; el Cabo González Jordán; el Cabo González Hortiguela y el CLP Mestre Monteagudo.

Descansen todos en paz.