lunes

La lesión

 Por José Saura Rizzo.

 De una caminata de mi 7ª Cia., desde Tiliuin (donde habíamos saltado) a Telata de Isbuia, dice mi compañero Alfredo Prieto Villota en su "Aquellos tres años 1956-1959” destaco lo siguiente: "04 de Abril-57. Salgo del hospital con la pierna escayolada con destino a cama temporal en el cuartel. Durante mi estancia en el hospital, me enteré de que las fuerzas que habían saltado en Tiliuin, cuando yo me lesioné la pierna, había regresado andando hasta T'zelata de Isbuia, y desde allí a Sidi-Ifni en camiones. Tuvo que ser una buena paliza dada la distancia, el calor y la falta de agua, según algunos". Pues sí, Alfredo y compañeros de Aivepa, fue una de las más duras marchas de la 7ª Cia. La distancia entre Tiliuin y Telata no era excesiva, lo recorrimos otras veces sin cansarnos tanto. En una ocasión completamos el trayecto hasta Sidi Ifni viniendo de Tiliuin, pero haciendo noche en Telata donde, al día siguiente, y bien abastecidos de agua puesto que la segunda etapa era más extensa en kilómetros que la primera, volvimos a ponernos en marcha. La marcha a la que se refiere Prieto fue más penosa de lo que él suponía por las referencias que tenía. No se si debido al calor, la sequedad del ambiente de aquel día o al ritmo de la marcha que no fuera el debido por la hora y el calor reinante, pero la realidad fue que pasamos por grandes dificultades. El calor era espantoso. Todos habíamos agotado nuestra dotación de agua, las cantimploras quedaron vacías, y en ese estado de sed y cansancio nos parecía que no llegaríamos nunca a Telata de Isbuia. Había desfallecimientos, caídas al suelo de algunos, con las consiguientes paradas para reanimarlos y ayudarles a continuar. El Ctán. Sánchez Duque no podía disimular su estado de ánimo contrariado al ver como estaban muchos de sus hombres. El mismo capitán y los demás oficiales hicieron más de lo que podían para paliar los efectos de tanto agotamiento.
 Recuerdo al Tte. Ortiz de Zárate que reflejaba en su rostro la falta del líquido elemento (agua la suya que había dado a otros creyendo la necesitaban más que él), tenía los labio resecos y cuarteados, el polvo de la carretera pegado a su cara por el sudor, y cargado con el armamento de algún C.L.P. aliviado. Lo mismo hicieron otros oficiales, los cabos 1º y los que pudimos echar una mano. Al final todos en camiones (camionetas de "Abastecimiento y Transporte") llegamos a Sidi Ifni y, sin apenas descanso, salimos a Tiugsa Tagragra donde estuvimos, creo que tres días con dos noches. Salíamos del fuerte dando batidas por los alrededores para demostrar a "quienes nos pudieran ver", que había fuerzas para defender el puesto en caso de necesidad. Las dos noches que pasamos allí dormimos en el suelo dentro del fuerte por parejas, así con una de las dos mantas nos resguardamos del frío y la humedad del suelo, y con la otra tapábamos nuestros cuerpos vestidos. A modo de almohada teníamos las cartucheras bajo la manta del suelo. Mi compañero de "cama" aquí fue mi buen amigo, camarada y paisano Juan Carnero Ramiro (el que curó a "llavero", ver mi escrito (10) de Recuerdos de mi 7ª Cia. en Veteranos de Ifni). Pasaron muchas cosas de las que reseñé algunas como el accidente del Junker con compañeros de la 9ª Cia., o los ahogados en la playa, etc., hasta el 23 de Julio que saltamos mi 7ª Cia., en Heamidux (salto del que hablé de pasada en otro de los escritos de Recuerdos de mi 7ª Cia. (15). Nos preocupaba que el salto fuera en Heamidux por lo de la incertidumbre, pero por otro lado y dado nuestro espíritu aventurero, nos hacia ilusión ese cambio de zona de lanzamiento ya que el habitual era Tiliuin, como sabéis. Salto que se realizó sin novedad alguna (¿posible demostración de fuerza?). Comimos a continuación en el "fuerte" donde confraternizamos con su escasa guarnición hasta que nos recogieron las camionetas para llevarnos a Sidi Ifni.