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La Marcha Verde

La Marcha Verde

Me ha parecido que un artículo escrito en ABC con motivo del trigésimo aniversario de "La marcha verde" escrito por el otrora embajador de España en Marruecos Fernando Arias-Salgado es lo suficientemente lúcido y completo como para no buscar más información sobre el acontecimiento. Entonces lo reproduzco en su mayor parte tal y como lo he encontrado en Internet, ya que no le falta ni le sobra ni una coma, y el resto de información que he recopilado sobre el asunto aporta poco o nada a esta reflexión de alguien que lo vivió en primera persona.
"EL 6 de Noviembre de 1975 el Rey Hassán II de Marruecos decidió desafiar a las Naciones Unidas y a la legalidad internacional de la descolonización lanzando una marcha -«la Marcha Verde»- de 350.000 civiles desarmados hacia el Sahara Occidental para recuperar el territorio. Esta marcha se realizaría bajo la protección del Ejército Real marroquí. Esta decisión, que había sido anunciada personalmente por el Monarca el 16 de Octubre de 1975, se basaba en una interpretación arbitraria del dictamen del Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) sobre el Sahara Occidental hecho público esa misma fecha. El TIJ, si bien reconocía la existencia de vínculos jurídicos de «fidelidad» entre el Sultán de Marruecos y ciertas tribus en el territorio del Sahara Occidental en el pasado, declaraba, no obstante, en términos inequívocos que no existía ningún vínculo de soberanía territorial de Marruecos o del conjunto mauritano y el territorio del Sahara Occidental. En consecuencia, concluía el Tribunal en el párrafo 162 de su dictamen que la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas 1514 (XV) de 1960 sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales era de aplicación a la descolonización del Sahara Occidental y en particular añadía «el principio de autodeterminación mediante la expresión libre y auténtica de la voluntad de las poblaciones del territorio».
El Consejo de Seguridad convocado a instancias del Gobierno español ante la gravedad de la situación creada por la marcha verde aprobó tres Resoluciones: la 377 (1975), de 22 de Octubre; la 379 (1975), de 2 de Noviembre, y la 380 (1975) de 6 de Noviembre, esta última el mismo día que se iniciaba la citada marcha. En esta Resolución, por unanimidad, el Consejo de Seguridad deploraba la realización de la marcha y solicitaba la inmediata retirada de todos los participantes. Todo fue inútil. La marcha verde traspasó ese mismo día la frontera del territorio no autónomo del Sahara Occidental administrado por España en violación flagrante de la legalidad internacional de la descolonización.
El 14 de Noviembre de 1975, el Gobierno español, presidido por Arias Navarro, mientras el general Franco agonizaba, cedió a la presión marroquí y tras una serie de negociaciones en Agadir y Madrid firmó una «declaración de principios» en la que se instituía una Administración temporal en el Sahara Occidental en la que participarían Marruecos y Mauritania y a la cual serían transmitidos las responsabilidades y poderes que España tenía sobre dicho territorio en su calidad de Potencia administradora.
Con esta decisión unilateral española de dudosa legalidad, puesto que excluía el reconocimiento del derecho de autodeterminación de la población saharaui que acababa de ser confirmado por el TIJ, se «maquillaba» la partición del Sahara Occidental y se consumaba el abandono de la población saharaui a su suerte en manos de Marruecos y Mauritania. El 26 de Febrero de 1976 España se retiró de la Administración temporal antes citada, dando por terminada su presencia civil y militar en el territorio.
Las trágicas consecuencias de esta decisión unilateral son de conocimiento general. Una guerra de 15 años de duración hasta el alto el fuego de 6 de Septiembre de 1991 entre Marruecos y el Frente Polisario, miles de muertos y desaparecidos, millones de dólares enterrados inútilmente en las arenas del desierto, un muro de 2000 kilómetros minado a ambos lados que divide el territorio de Norte a Sur, el exilio y la persecución de una gran mayoría de la población autóctona saharaui y la inestabilidad y el bloqueo político de todo el Magreb. Treinta años después el conflicto sigue vivo y la solución política que se propone por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, conocida como el Plan de Paz Baker II, sigue estancada.
La Marcha Verde contribuyó a afianzar a la Monarquía marroquí que representaba el Rey Hassán II en una coyuntura histórica interna e internacional completamente distinta a la actual, tanto en España como en Marruecos. España pudo entregar el Sahara Occidental a las Naciones Unidas para su administración temporal hasta que se hubiera manifestado válidamente la voluntad de la población saharaui. Esa era la legalidad internacional de la época. El Gobierno español no la respetó. La opción estratégica que representó la firma de los acuerdos de Madrid de 14 de Noviembre de 1975 no ha conseguido ni la paz ni la estabilidad ni el desarrollo del Magreb.
las relaciones entre España y Marruecos y el futuro del Magreb dependerán en gran medida de que España asuma, de una vez por todas, la responsabilidad que le corresponde como el país democrático occidental y europeo con mayores intereses nacionales en esa región africana vecina de la que, no lo olvidemos, geográfica y estratégicamente forma parte".

Diego Salvador